"Si ganamos la Libertadores me tatúo el pantalón y las medias" FELO

Una de las tantas manías del hincha en todo el mundo es querer ser 'único' en todo. Por eso no sorprende que cometan locuras inimaginables, de esas que no dejan de sorprender ni a propios, ni extraños porque sobrepasan todo tipo de límites. Esta es la historia de Felipe Álvarez Henao, un fanático colombiano del Atlético Nacional de Medellín, quien en una muestra total de amor por sus colores se tatuó la camiseta en su torso (en ambos lados) en homenaje al equipo campeón de la Libertadores en 1989 y al asesinado Andrés Escobar. Entrá y mirá la historia como sólo Pasión Libertadores te la puede contar...

La historia comenzó en aquel ya lejano diciembre 2009 cuando Atlético Nacional se coronó bicampeón de Colombia y este antioqueño festejaba en el centro de Medellín con sus amigos. A medida que pasan las horas, se acumulaban las copas que hacían que la alegría y las promesas fueran en aumento. Felo, como le dicen sus amigos, cuenta que fue lo que pasó en esa noche de festejos: "Todo comenzó cuando quedamos bicampeones en el 2007, y en la celebracion ahí con mis amigos vimos, en medio de la borrachera, pasó un muchacho con la camiseta de Andrés Escobar y me quedó plasmado en la mente. Ahí dije que me iba a hacer un tatuaje de esa camiseta, pero nadie me creía".

 Pero con poca plata y mucha ilusión Felipe fue, a los pocos días de los festejos, a lo de un tatuador para empezar con su promesa. "Yo pertenezco a la barra llamada 'Mafia 1989' en honor al equipo que ganó la primera Libertadores para el fútbol colombiano, por eso elegí esa camiseta. Y el número 2 es en homenaje a Andrés (Escobar, asesinado en 1994) que es un eterno ídolo para mí. Fui con mucho amor y en una hora comencé con la idea". Recién, seis meses después y tres millones de pesos colombianos, volvió para culminar la obra que lo marcaría para toda la vida. "Cuando me terminaron el tatuaje sentí una alegría inmensa. Fue un sueño tener la camiseta en mi piel porque para mí Nacional significa mi país, Antioquía, Andrés Escobar, la Libertadores. Nosotros somos hinchas del más grande y esto es un acto chiquito en comparación a las satisfacciones que me ha dado".

Pero no fue todo felicidad a la hora de entregarle su torso descubierto al tatuador danés Niels Solling, quien vive en Medellín hace tres años, quien con la ayuda del colombiano Jaime Torres, llevó a cabo el tatuaje más representativo para un hincha: su camiseta. Fue en el estudio Real Deal de El Poblado, donde este fanático de 26 años pasó a la eternidad verde y blanca al soportar los 69.552.000 pinchazos en su piel -ya que son 23 agujas entrando 30 veces por segundo). "Para 'olvidar' el dolor durante las largas horas de tatuaje fumaba mucho y escuchaba Metallica y Ataque 77. Mi novia me apoyó mucho y mis amigos se turnaban para estar conmigo, eso fue clave para poder hacerlo"

El tatuaje no sólo lo hizo el hincha más feliz sino que además le trajo beneficios increíbles y complicaciones que antes no tenía: "Yo soñaba con llegar un día al estadio sin camisa porque en mi piel sabía que llevaría el verde y blanco, por eso cada vez que voy al Atanasio lo paso de la mejor manera. Yo cuando voy a la cancha de otro equipo llevo la camiseta de mi equipo arriba de la 'mía'. Una vez que entré y estoy con mis amigos me quedó con la de mi piel a la vista de todos. Me sorprende que a veces esté en un restaurant y no me dejen pagar la cuenta o que no me cobren un boleto de colectivo. Hasta las mujeres se me acercan mucho más desde que tengo el tatuaje, sólo para decir que están con el más hincha de Atlético Nacional".

A la hora de calificar su tatuaje no duda en decir que "esto es amor verdadero y no tengo dudas que lo volvería a hacer. No me arrepiento de este amor por Nacional, es lo más grande que tengo en la vida". Y cuenta una experiencia única que vivió el día que recibió el homenaje de parte del club: "Fue un honor que alguien como Víctor Hugo Aristizábal me haya dado un presente. Ese día el arquero argentino Gastón Pezzuti me dijo que nunca vio una demostración de amor tan grande como la mía". 

El campeón colombiano del Apertura 2011 quiere volver a pisar fuerte en América para la edición 2012 de la Libertadores: "Para esta Copa tenemos pensado ir a Argentina, Venezuela y todos los países que visite el Atlético Nacional. Hacía mucho que esperábamos un momento así". Y Felipe va por todo y no duda en prometer: "Si ganamos la Copa me tatuó el pantalón y las medias". Cuenta que su pasión por Nacional tiene una única culpable, su madre: "La pasión por Atlético Nacional se la debo a mi mamá, quien fue la que todas las navidades me ponía en el arbolito la camiseta nueva del club. Por eso cuando le mostré lo que me había hecho se puso a llorar de la emoción. Ella sabe lo que significa para mí porque ella siente lo mismo". 

Será por eso que en sus venas corrió sangre verde desde el primero de sus días y que tuvo la necesidad de pintar en su cuerpo la camiseta que de nacimiento tiene pegada: la de su querido Atlético Nacional de Medellín...

Cortesia De Pasion Libertadores 

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